Un día como hoy, hace 35 años se fundó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (FRAYBA), desde entonces el trabajo del Frayba se ha centrado en el acompañamiento a comunidades del estado de Chiapas y en la defensa de los derechos humanos de quienes habitan estos territorios.
“Entretejiendo la esperanza” dice el Frayba en estos 35 años, y es que, en más de tres décadas de trabajo en uno de los estados más marginados, excluidos y racializados en México, que vio nacer un levantamiento armado de campesinos e indígenas que luchaban por sus derechos, y en donde las movilizaciones y protestas que ocurrían por todo los municipios eran brutalmente reprimidas, con decenas de presos políticos en las cárceles de Chiapas, indígenas asesinados en las calles, tortura. El Frayba fue sumamente importante, pues “desde sus inicios asumió las causas indígenas y campesinas bajo la orientación de sus fundadores don Samuel Ruiz García, obispo de la diócesis de San Cristóbal, y del dominico Gonzalo Ituarte” señaló Pablo Romo, integrante de la organización SERAPAZ.
El Frayba realizó taller populares en parroquias y en las comunidades más remotas, sobre formación y sensibilización en temas de derechos humanos, además publicó en tseltal, tsotsil, tojolabal y ch’ol la Declaración universal y los instrumentos más importantes para defender los derechos de los pueblos. Estrategias vitales para reivindicar la dignidad humana en la región.
El defensor Pablo Romo, señala que a poco tiempo de fundado, el centro no se daba abasto con las demandas que acompañaba, indígenas desplazados de Chamula por motivos políticos, casos de mujeres indígenas que no heredaban tierras por ser mujeres, caso de personas de la diversidad sexual, etc.
Otro de sus logros fue articular instancias defensoras de derechos, lo que dio fruto más adelante como la Red de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos. Una red fundamental que durante el levantamiento zapatista, documentó y denunció violaciones a los derechos cometidas en ese tiempo.
Un contexto difícil donde el Frayba ha resistido diversos embates del estado mexicano y la criminalización a su trabajo, sin embargo también se ha “convertido en un espejo y caja de resonancia de las luchas sociales, particularmente indígenas de la región” señala Romo.
Desde el equipo EDUCA celebramos el caminar de estos 35 años de trabajo con las comunidades de Chiapas, reconocemos las semillas sembradas en esos territorios que han devuelto esperanza y dignidad a los pueblos. Felicidades a quienes integran todo el equipo FRAYBA.
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