El agua del Nilo, emblemático río africano y cuna de civilizaciones, cada vez es un tema de mayor controversia entre los países del alto y bajo río. Un punto de inflexión fue la construcción de la presa del Renacimiento por parte de Etiopía sobre el “Nilo Azul”, afluente que alimenta al Nilo con el 85% de su caudal. Etiopía quiere llenar su presa en menos de 6 años para poner en marcha sus planes de “renacimiento”. Eso significa que Egipto perdería casi la mitad de sus tierras agrícolas. Otro país que se verá afectado, aunque en menor medida, será Sudan. Sudán, sin embargo, tiene menos población y un nivel de precipitaciones mucho más alto que Egipto. China es el mayor inversor y socio económico de Etiopía. Además, las empresas chinas se encargarán de los proyectos de infraestructura y la instalación de las turbinas de la central hidroeléctrica de la Gran Presa del Renacimiento. Etiopía decidió en 2011 construir esta presa a 40 kilómetros de su frontera con Sudán. Dicha presa, cuya construcción por la empresa italiana la Salini-Impregilo ha terminado este 2020, tendrá la central hidroeléctrica más grande de África y la octava en el mundo con capacidad de 6.000 megavatios. Egipto ha enfatizado siempre que le interesa solucionar la controversia pacíficamente, a pesar de alusiones de algunos mandatarios egipcios a “recurrir a otras opciones firmes”. O de una propaganda populista que exagera los objetivos de las enormes compras de armas, aviones cazas y portahelicópteros. Sin embargo, hoy las autoridades de Etiopía han anunciado una prohibición de los vuelos en su espacio aéreo sobre la presa que construye en el río Nilo Azul.
Veladas del Nilo y Etiopía prohíbe los vuelos en su espacio aéreo sobre la presa que construye en el Nilo Azul. Foto: La batalla por la gran presa del Nilo amenaza con desatar una crisis regional y El agua: un arma de guerra
